Obra reunida. Tomo I. Ficciones y poemas
Autor: Antonio Oviedo
ISBN:
Colección: Formas
Edición: Primera – Editorial de la UNC
Cantidad de Páginas: 718
Descripción
En los relatos de Oviedo los hechos documentales tienen menos incidencia en la materialidad del texto que los detalles visuales que suelen interrumpir y relanzar la narración a cada momento, párrafo tras párrafo. En ese sentido es frecuente que en la descripción de un paisaje urbano o del interior de una casa se filtre la imagen de algún cuadro cuyo autor no se menciona (precisamente para que el filtrado no deje grumos) aunque su influencia se perciba como una especie de encantamiento óptico. (…) Mediante esos procedimientos elusivos, Oviedo logra una sostenida suspensión de la realidad que tiene algo de antigravitatorio, como si las cosas que cuenta ocurrieran en la Luna o en un sueño.
La soberanía de la literatura, entonces, se ejerce no en el vacío de la pura fantasía, sino mediante una transmutación de elementos, cuyo signo mayor tal vez sea la ausencia del nombre de la ciudad donde se desarrollan casi todas las historias de Oviedo. Ni una sola vez, en ninguna de las páginas de los doce libros de ficción que van desde los Dos cuentos, fechado el 21 de noviembre de 1975, hasta Su cara en las sombras, fechado el 21 de noviembre de 2020, aparece la palabra “Córdoba”. Sin embargo, esa omisión deliberada y persistente no hace más que elevar a Córdoba a la categoría de fantasma y convertirla de ese modo en un doble de sí misma, en una ciudad espectral, prometida y a la vez rechazada como espacio literario, en un punto indefinido o inestable entre el mundo y los libros.
- Schilling
Desde Último visitante y El señor del cielo, los relatos inaugurales publicados por Alberto Burnichon, hasta Su cara en las sombras, novela recientemente publicada por Fernando Ferreyra Editor donde saliera gran parte de su obra, Oviedo ha llenado de misterio y vaguedad cada página; ha sabido jugar en cada frase una reivindicación de cierta tradición un tanto oblicua a la literatura argentina -Blanchot, Bataille, Walser, Kafka, Schultz, Arno Schmidt- y lo ha hecho, sin lugar a dudas, con una obstinación admirable. Obstinación que también lo ha llevado a leer, como si se tratara de un extranjero en su propia lengua, la tradición del idioma que le interesa -Borges, Wilcock, Saer, F. Hernández, Bioy, Onetti.
- Surghi
Información adicional
Formato | Papel, Digital |
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