Posted on: 26 febrero, 2020 Posted by: Jose Manuel Campos Comments: 0

Un aristócrata que se metió en política de la noche a la mañana. Un socialista que entró en guerra con el cura local y que estudiaba esperanto para conectarse con el mundo. Un simpatizante del fascismo que llevó a las calles del interior cordobés el enfrentamiento entre los bloques de la Segunda Guerra Mundial. Un profesor universitario que conspiró contra Uriburu y que hizo que el municipio comprara reses para competir con los carniceros que subían sin razón el precio de la carne. Un militar militante de la moral que ordenó sacar todos los hoteles alojamiento de la ciudad de Córdoba 500 metros afuera de la Circunvalación (sí, por eso están ahí).

Todas estas historias son parte de Los intendentes de Córdoba en el siglo XX, de múltiples autores, coordinado y también escrito por César Tcach, doctor en Historia y director de la Maestría de Partidos Políticos del CEA.

Es un libro de historia y de historias. Es un libro de política. Pero es, también, una obra llena de claves.

Cada capítulo es un cuadro de la Córdoba moderna y contemporánea; y esos cuadros, ordenados en sintonía, forman una película que nos permite contemplar más que sus escenas aisladas y mucho del origen de lo que somos, y por qué.

La lectura corre siempre el riesgo del loop permanente, como un volver al futuro fruto de linkear ese pasado a veces perturbador, con este presente que parece resistirse a cambiar de adjetivo.

Por allí transcurren las planificaciones urbanísticas que nunca se completaron, los déficits que serían casi permanentes a partir de la década de 1930, las peleas entre gobernadores e intendentes de distinto signo, los fondos nacionales que se “perdieron” en el camino, y otras características del deja vu cordobés que, a esta altura, ya forman parte del paisaje.

¿Cómo no pensar en las referencias a los dos últimos intendentes –la parte final del libro– que los cordobeses tienen en el podio (Ramón Mestre padre y Rubén Martí), quienes aportaron transformaciones y visiones decisivas para la capital, que difícilmente volverían a repetirse?

Toda esta riqueza navega por las páginas de Los intendentes del siglo XX, en el que los intentos del pasado se convierten en reflexiones para el presente, en proyectos interrumpidos, en aspiraciones incompletas, en desmitificaciones capitalinas, en ilusiones truncas de una ciudad distinta; en definitiva, en explicaciones de buena parte de la conformación de nuestra identidad como cordobeses.

El libro tiene ese mérito: a pesar de la multiplicidad de autores, va y viene como una unidad, transversaliza las experiencias históricas y políticas, trasciende las fechas, renueva la historia y nos propone un juego fresco y desafiante para pensarnos.